Hna. Dra. Margret Mary Ntrakwah y Hna. Maureen Ogundeph
Una de las embajadoras del Observatorio Mundial de las Mujeres, la Hermana Dra. Margaret Mary Ntrakwah, miembro de las Hermanas de las Siervas del Santo Niño Jesús, es la directora ejecutiva del Centro de Desarrollo y Rehabilitación de la Mujer Ancilla (AWDRC), que es una organización benéfica dirigida y establecida como contribución de la Congregación a la Preocupación Social de la Iglesia de Opción por los pobres, especialmente las mujeres pobres espiritual, moral y socio/económicamente.
Comenzó a funcionar el 1 de mayo de 2003, el Día de San José Obrero, para servir de inspiración a las mujeres para que amen el trabajo como medio digno de ganarse la vida; pues la Escritura dice: "La mano que no trabaja, tampoco debe comer".
A pesar de la explotación, el acoso y la mala suerte, junto con el analfabetismo y la pobreza de las mujeres, algunos de los problemas de nuestras mujeres que las marcan con la vulnerabilidad pueden remontarse a su amor por las formas de vida fáciles en contraposición al amor por el "hermoso" trabajo duro. Por eso, Jesús, María y José son los patronos de la Organización de Mujeres Ancilla.
El programa es para mujeres con hijos en apuros, para mujeres maltratadas y descarriadas que desean volver a casa pero no saben cómo ni qué hacer; para chicas que han abandonado los estudios y para las que no van a la escuela y necesitan adquirir habilidades que les ayuden a situarse en una buena posición. No obstante, las mujeres que deseen mejorar o actualizar sus conocimientos domésticos también son bienvenidas, pero a cambio de una cuota que se utilizará para ayudar a las más necesitadas.
El programa pretende capacitar a las mujeres jóvenes para que se superen con dignidad y no con vergüenza.
Educarlas para que sean conscientes de las implicaciones espirituales, sociales, económicas y cívicas inherentes a su autodesarrollo.
Dotarlas de habilidades que les ayuden a gestionar su desarrollo socioeconómico con cierta facilidad.
Establecer un centro de formación en el que las mujeres y niñas pobres, con poca o ninguna educación, puedan acceder a una formación adecuada y empleable.
Formarlas en empresas generadoras de ingresos para su capacitación económica.
Para alcanzar las metas y objetivos anteriores, el programa ofrece formación en transformación espiritual y educación moral y cívica, para permitirles conocer cuáles son sus derechos y responsabilidades como ciudadanos de la nación, ciudadanos del mundo y ciudadanos del Reino de Dios. Esta formación les ayuda a darse cuenta de que su estilo de vida afecta a cualquier otra persona de su entorno, ya que no vivimos sólo para nosotros mismos y, por tanto, no se nos permite vivir de cualquier manera, y a estar dispuestos a dar lo que reciben (nada más que lo mejor de sí mismos).
Ofrecen Ejercicios de Transformación Espiritual, Asesoramiento + Terapia Cognitiva y Charlas, Formación en Habilidades Generadoras de Ingresos - Trabajo con Telas, Trabajo con Abalorios, Catering y Mantenimiento del Hogar, Fabricación de Pomadas y Polvos, Fabricación de Jabón y Otras Artesanías: Reposabrazos, alfombras, mochilas escolares, bolsos, monederos, etc. Prácticas de puericultura, Habilidades de marketing, Espíritu de compartir: AWDRC tiene un lema llamado "Da lo que has recibido". Formación móvil
MCH/PHC.Maternal/Child and Primary Health Care Education is offered to mothers during durbars and field visits as a subject of the program.
RESULTADO: Al final de su formación (de 3 meses a dos años), el programa espera haber convertido: Mujeres seguras de sí mismas, ingeniosas y autosuficientes, mujeres íntegras y con visión de futuro, mujeres hábiles y empleables dispuestas a ocupar el lugar que les corresponde en la sociedad, mujeres respetables y bien adaptadas, mujeres con la resistencia necesaria para hacer frente a las presiones sociales con valentía y dignidad, mujeres capaces de educar a sus hijos, con o sin discapacidad, con rectitud.
El sueño siempre ha sido establecer un Programa de Educación Inclusiva para ayudar a las madres que cargan con el cuidado de sus hijos discapacitados y a los propios niños que quieren aprender pero no son aceptados en muchas instituciones existentes debido a sus condiciones.
Rezamos para que todos los que buscan el bienestar de la mujer, tanto en Ghana como en el resto del mundo, se unan a nosotros y nos ayuden económicamente a emprender esta noble lucha.
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