Sonia N. se convierte en persona 'non grata' para su familia política
- observatorioumofc
- 11 sept
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Esther Nyacke Ntah
Community Manager WWO, Zona África francófona
Sonia llegó a nuestras instalaciones el 26 de julio de 2025, alrededor de las 12 del mediodía. Las primeras palabras que nos dirigió fueron las siguientes: «Señora, estoy desesperada. Acabo de perder a mi marido y mi familia política ya me rechaza. Han sacado el programa del duelo y mi nombre no aparece en él». La doctora Sonia N. (ese es el nombre falso que le hemos dado por respeto a su deseo de permanecer en el anonimato) se enteró de la existencia del Observatorio Mundial de las Mujeres (WWO) gracias a una amiga. Fue ella quien le aconsejó que viniera a vernos, con la esperanza de que pudiéramos dar una solución de cara a las situación que estaba viviendo.
Cuando invitamos a Sonia a sentarse, nos contó entre lágrimas sus problemas. Nos contó que su marido había fallecido el 13 de julio de 2025 en Douala a causa de un accidente de tráfico. Sin embargo, antes de fallecer, permaneció varias horas en coma y ningún miembro de su familia se dignó a informarle. Finalmente, fue una empleada de su marido quien le dio la mala noticia. Cuando Sonia llegó al centro hospitalario donde estaba ingresado su marido, no le permitieron verlo. Sin que ella entendiera por qué, su suegra había dado instrucciones para que se le prohibiera acercarse al hijo accidentado. Por lo tanto, se vio obligada a esperar en un rincón del hospital. Poco después, su marido falleció.
Tras llevar el cuerpo al depósito de cadáveres, su hermano pequeño se apresuró a cerrar el apartamento que ocupaba en Douala, confiscar todos sus documentos importantes (documento de identidad, tarjetas bancarias, etc.) y, sobre todo, bloquear sus cuentas bancarias . Aunque sorprendida por el cambio de actitud de su familia política, Sonia se mantuvo serena. Solo deseaba una cosa: organizar un funeral digno para su marido. Nunca imaginó que su suegra fijaría la fecha del funeral sin consultarle. Lo que es peor, su familia política elaboró programas de duelo en los que no se mencionaba a la viuda. Así fue como Sonia se dio cuenta, atónita, de que su familia política ya no toleraba tenerla a su lado.

A la pregunta de si estaba legalmente casada y bajo qué régimen, Sonia nos respondió que ella y su marido están casados desde 2016 bajo el régimen monógamo. Tienen cuatro hijos pequeños, que viven con ella en Yaundé, en su casa conyugal. Por motivos profesionales, su marido se vio obligado a instalarse también en la ciudad de Duala. Es cierto que esto ha causado trastornos en su estilo de vida, pero su marido siempre se las arreglaba para reunirse con su querida familia los fines de semana.
Dado que la infidelidad es la pequeña debilidad de nuestros hombres, quisimos saber si el marido de Sonia no habría encontrado una amante en Douala. Sonia no supo responder a esta pregunta. Simplemente se encogió de hombros y comentó: «Todo eso ya no importa, porque mi marido ha fallecido». A pesar de su indiferencia, le aconsejamos que se mantuviera alerta, ya que el comportamiento de su familia política hacia ella hacía pensar que le esperaban otras sorpresas desagradables. Sonia era consciente de ello y estaba asustada. Pero, por el momento, quería reparar el daño que le habían causado al no reconocerla como esposa legítima del difunto.
Para ayudar a Sonia N., le propusimos que elaborara a su vez un programa de duelo en el que el honor recayera sobre sus hijos y ella. Esta idea iluminó sus grandes ojos llorosos. Unos días después, apareció la esquela del fallecimiento del marido de la doctora Sonia N. y todos los escépticos se dieron cuenta por fin de que Sonia era efectivamente la esposa del difunto.
Para evitar que Sonia perdiera estúpidamente sus bienes, también le sugerimos que se pusiera en contacto con el Ministerio de Promoción de la Mujer y la Familia (Minproff). Este departamento ministerial ha creado una asociación de mujeres viudas cuya misión es proteger a las viudas de los abusos infligidos por sus familias políticas tras la muerte de sus cónyuges. Para convencerla, le especificamos que «esta asociación te ayudará a defender tu herencia». Desgraciadamente, Sonia rechazó esta sugerencia. No le importaban mucho los legados, por miedo a perder su vida o la de sus hijos al iniciar una guerra por los bienes con su familia política. Incluso su padre le pidió que les cediera todo si fuese necesario. Además, para mantenerlos a distancia, decidió que su rito de viudedad no lo celebrarían ellos, sino los sacerdotes.
El caso de la Dra. Sonia nos sorprendió, ya que, en el marco de la lucha contra la violencia hacia las mujeres, es raro que las mujeres intelectuales sean víctimas de violencia. La creencia popular siempre ha sugerido que son las mujeres pobres y sin estudios las que sufren abusos. Por eso, siempre se les ha animado a liberarse de sus verdugos aprendiendo oficios que les permitan ser autónomas. Sin embargo, la situación de la Dra. Sonia echa por tierra esta idea preconcebida. Sonia es una mujer culta y sin necesidades económicas. Sin embargo, su estatus no disuadió a su familia política de maltratarla tras la muerte de su marido. En cuanto a ella, nos pareció absurdo que, con su bagaje intelectual, aceptara perder sus derechos de viudedad por pretextos culturales falaces...
Por otra parte, una vez que la Dra. Sonia se marchó de nuestra casa, nos dimos cuenta de que el Observatorio Mundial de las Mujeres ya es muy conocido en nuestra ciudad. Y, sobre todo, que el trabajo de sensibilización que realizamos sobre el terreno, en particular con la película «Invisibles», no deja indiferentes a las mujeres. Esperamos que la preocupación del WWO por hacer visibles a las mujeres invisibles siga resonando positivamente en todas las almas.





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