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Violencia doméstica en Camerún: la historia de Alv.

Manifestación de la Coalición Camerunesa contra la Violencia hacia las Mujeres y las Niñas    
Manifestación de la Coalición Camerunesa contra la Violencia hacia las Mujeres y las Niñas    

Esther Nyacke Ntah

Community Manager y embajadora de WWO, Zona de África Francófona


Alv. llegó a mi casa el 10 de marzo de 2025, con la cara hinchada, el ojo izquierdo morado y los brazos llenos de moretones. Acababa de recibir otra paliza de su compañero.


Una vez que se sintió en confianza, me confesó que recurrió al Observatorio Mundial de las Mujeres (WWO) movida por un impulso. Su hermana mayor le había hablado del Observatorio hacía un mes. Pero, en aquel momento, no le pareció urgente venir a vernos. Finalmente decidió contar su historia al WWO, porque empezaba a sentir miedo: "Creo que un día acabará matándome", precisó. ¿Denunciarlo a la policía? Es algo que no desea hacer, pues nuestra ley no protege suficientemente a las mujeres maltratadas."


La historia de Alv. es muy parecida a la de otras mujeres víctimas de la violencia doméstica. Ha sido insultada, golpeada, intimidada e incluso amenazada de muerte. Alv. nos contó que lleva veinte años conviviendo con su pareja. Su pareja la convenció para que se fuese a vivir con él cuando descubrió que esperaba un hijo suyo. Como la ceremonia de la dote para las mujeres embarazadas está prohibida en la mayoría de las tribus de Camerún, él prometió regularizar su situación inmediatamente después de que ella diese a luz. Pero esta promesa ha resultado falsa hasta el día de hoy.


Boda anulada el día de la ceremonia

En cuanto nació su hijo, la pareja de Alv. programó su boda. Alv. estaba encantada. Alv. estaba en las nubes. El día de la ceremonia, se puso su hermoso vestido blanco, se peinó divinamente y se aseguró de que el servicio de catering preparase la comida. Fuera, sus damas de honor habían formado un cerco alrededor del coche de lujo que debía llevarla al ayuntamiento. Justo cuando estaba a punto de salir de casa, su prometido la detuvo y le informó de que la boda ya no se celebraría. ¿El motivo? Su padre se estaba muriendo y no era aceptable que su hijo mayor festejase. Fue una decisión dura, pero Alv. aceptó. Tras la muerte de su suegro, Alv. esperó en vano a que su enamorado volviese a programar la boda. Por el contrario, en su familia política corría el rumor de que ella nunca había sido la favorita de su suegro. De hecho, su pareja se lo echaba sistematicamente en cara cada vez que había un desencuentro. Con el paso del tiempo, el compañero de Alv. la humillaba descaradamente en presencia de su hijo y de sus conocidos. Un día, tuvieron invitados sorpresa. Cuando ella los invitó a la mesa, su hombre los detuvo con esta grave acusación: "No comáis la comida de esa bruja. Seguro que ha escupido en ella".


A lo largo de los años, ha esperado que la violencia remitiera. Por desgracia, la situación empeoró. Cada vez que salía de casa y él volvía, la llamaba "prostituta" u "horror" y la golpeaba. Según lo que relataba, ella aguantaba todo esto por el bien de su hijo. Pero ahora ya no puede más.


Tras escuchar la miseria de Alv., el consejo que le dimos fue que abandonara a este atormentador. Para animarla, su hermana ha prometido darle dinero para que pueda encontrar otro lugar dónde habitar. Lo que nos preocupa actualmente es que este monstruo decida matarla si abandona su hogar.


La dificultad que tenemos con víctimas como Alv. es que se niegan a dar su testimonio abiertamente. Al igual que no quiso que reveláramos su identidad, también se negó a que utilizáramos el nombre de su pareja en este artículo. 


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